Eleanor le dice a Cris que se van ya y que estarán en contacto respecto al "otro asunto" (no quiere que la niña sepa lo del divorcio). Cristock asiente, sin entretenerlas más, pues sabe que Abby no está cómoda a causa de su primera menstruación. Le da los prismáticos a su hija y le dice que siga buscando marcianitos, como su padre. Él sonríe y Abby le devuelve la sonrisa, de nuevo por compromiso. La mujer y la mujercita se marchan, dejando a Cristock un poco más solo que antes de haber llegado.
Ha sido una visita fugaz pero intensa. Se queda a solas con su petaca. La saca de su bolsillo trasero, le da un trago y contempla las cuerdas de su excéntrico tendal. –Bueno... ¿Por dónde íbamos?– Cristock pasa de un tema a otro como si nada. Su hija acaba de ser honrada por la naturaleza con esa semilla que es el milagro de la vida. Y de la parte más biológica y grandiosa del ser humano, Cris pasa a hacer fríos cálculos sobre naves espaciales y viajes interestelares. A priori, nada que ver una cosa con la otra. –O sí... ¿?–
El hombre tenía la curiosa costumbre de llevar la contraria a todo tipo de pensamientos, en especial a los pensamientos de la masa. Pero incluso podía llevar la contraria a sus propios pensamientos, si éstos le parecían lo suficientemente tradicionales. Él cree que es el camino correcto para todas las preguntas sin respuesta. E incluso la solución para preguntas todavía no planteadas...
No para de toquetear los papeles que cuelgan del tendal entre pared y ventanal. Esos paneles colgantes representan los cohetes que vienen hacia la Tierra, desde Tierra 2. Pero hay dos grupos claramente diferenciados, en cuanto a distancia entre ambos: Un grupo de naves está aproximadamente a 3/4 del camino entre Tierra 2 y Tierra 1. Esto es porque dichos cohetes viajan también a 3/4 de la velocidad de la luz, según Cristock calculó en su momento. El otro grupo, en cambio, está a sólo un par de centímetros de nuestro planeta (unos pocos miles de millones de kilómetros, en la escala real).
–Porque, claro,...– Cristock se coloca de espaldas a la pared, apoyado en el dibujo de Tierra 1, y mira hacia el dibujo de Tierra 2 del ventanal, con los brazos en posición de estar sujetando un catalejo imaginario. –Si una nave viaja hacia mí a la velocidad de la luz, y lo que estoy viendo ocurrió hace miles de años, la nave aparecerá ante mis ojos en cuanto aparte mi vista del telescopio.– Y continúa. –Pero esa nave habrá tardado miles de años en llegar, igualmente.–
Plantea de nuevo la posibilidad de que, el grupo más alejado de nuestra Tierra, está viajando no hacia nosotros, sino hacia "Tierra 2"; hacia el presunto espejo. De ser así, ya habrían llegado hace mucho tiempo pero, en ningún caso el dichoso espejo podría haber sido construido con anterioridad al despegue, obviamente.
No obstante el grupo más cercano a nosotros, sí está camino a la Tierra (1), a pesar de que no se ha observado su partida, pues ésta ocurrió hace 17.000 años, por lo que Cristock debería haber construido su Telescopio unos 4.000 años atrás, si quisiera ver esos despegues...
Dejando de lado la eterna duda de la velocidad de la luz y de cómo estos seres lograron alcanzarla en un 77%, Cris se preguntaba, una vez más, sobre el rompecabezas del espejo. –Si está a 17k kilómetros, ¿por qué la Lente Espía no detecta el foco en el doble de su distancia...?–
Ha sido una visita fugaz pero intensa. Se queda a solas con su petaca. La saca de su bolsillo trasero, le da un trago y contempla las cuerdas de su excéntrico tendal. –Bueno... ¿Por dónde íbamos?– Cristock pasa de un tema a otro como si nada. Su hija acaba de ser honrada por la naturaleza con esa semilla que es el milagro de la vida. Y de la parte más biológica y grandiosa del ser humano, Cris pasa a hacer fríos cálculos sobre naves espaciales y viajes interestelares. A priori, nada que ver una cosa con la otra. –O sí... ¿?–
El hombre tenía la curiosa costumbre de llevar la contraria a todo tipo de pensamientos, en especial a los pensamientos de la masa. Pero incluso podía llevar la contraria a sus propios pensamientos, si éstos le parecían lo suficientemente tradicionales. Él cree que es el camino correcto para todas las preguntas sin respuesta. E incluso la solución para preguntas todavía no planteadas...
No para de toquetear los papeles que cuelgan del tendal entre pared y ventanal. Esos paneles colgantes representan los cohetes que vienen hacia la Tierra, desde Tierra 2. Pero hay dos grupos claramente diferenciados, en cuanto a distancia entre ambos: Un grupo de naves está aproximadamente a 3/4 del camino entre Tierra 2 y Tierra 1. Esto es porque dichos cohetes viajan también a 3/4 de la velocidad de la luz, según Cristock calculó en su momento. El otro grupo, en cambio, está a sólo un par de centímetros de nuestro planeta (unos pocos miles de millones de kilómetros, en la escala real).
–Porque, claro,...– Cristock se coloca de espaldas a la pared, apoyado en el dibujo de Tierra 1, y mira hacia el dibujo de Tierra 2 del ventanal, con los brazos en posición de estar sujetando un catalejo imaginario. –Si una nave viaja hacia mí a la velocidad de la luz, y lo que estoy viendo ocurrió hace miles de años, la nave aparecerá ante mis ojos en cuanto aparte mi vista del telescopio.– Y continúa. –Pero esa nave habrá tardado miles de años en llegar, igualmente.–
Plantea de nuevo la posibilidad de que, el grupo más alejado de nuestra Tierra, está viajando no hacia nosotros, sino hacia "Tierra 2"; hacia el presunto espejo. De ser así, ya habrían llegado hace mucho tiempo pero, en ningún caso el dichoso espejo podría haber sido construido con anterioridad al despegue, obviamente.
No obstante el grupo más cercano a nosotros, sí está camino a la Tierra (1), a pesar de que no se ha observado su partida, pues ésta ocurrió hace 17.000 años, por lo que Cristock debería haber construido su Telescopio unos 4.000 años atrás, si quisiera ver esos despegues...
Dejando de lado la eterna duda de la velocidad de la luz y de cómo estos seres lograron alcanzarla en un 77%, Cris se preguntaba, una vez más, sobre el rompecabezas del espejo. –Si está a 17k kilómetros, ¿por qué la Lente Espía no detecta el foco en el doble de su distancia...?–
El hombre está ya cansado de tantas preguntas sin respuesta. –Estoy caminando en bucle...– A veces siente incluso que su cerebro no da para comprender ciertos aspectos. –Es como pensar en el infinito... La mente se bloquea cuando lo intentas; no te deja asimilarlo. Como si estuviéramos hackeados para no ir por ese camino...–
¡RIIING!
–¡...! ¿Qué pasa hoy?– Suena el teléfono esta vez.
¡RIIING!
Cristock mira a su alrededor, por si es que su mujer e hija se hayan olvidado algo en el piso.
¡RIIING!
Cris descuelga el teléfono. Tardan en contestar. ... De pronto una voz familiar le habla al otro lado del aparato, pero no son Eleanor ni Abby. Cristock cuelga fuertemente el teléfono.
–¡¡Franklin...!! ¿?–
De forma paranoica, Cristock mira a todos lados, como buscando algo, alguna cámara de vigilancia quizás. Tira abajo sus tendales con el frenesí del momento. Mira ahora por la ventana, buscando a sus dos ex compañeros. No ve nada pero, igualmente, y de forma compulsiva, se pone a borrar todo lo que tiene escrito y dibujado en el ventanal. Presiente que andan cerca y no quiere que le roben de nuevo. –¡No me succionaréis el cerebro esta vez...!–
¡RIIING!
–¡...! ¿Qué pasa hoy?– Suena el teléfono esta vez.
¡RIIING!
Cristock mira a su alrededor, por si es que su mujer e hija se hayan olvidado algo en el piso.
¡RIIING!
Cris descuelga el teléfono. Tardan en contestar. ... De pronto una voz familiar le habla al otro lado del aparato, pero no son Eleanor ni Abby. Cristock cuelga fuertemente el teléfono.
–¡¡Franklin...!! ¿?–
De forma paranoica, Cristock mira a todos lados, como buscando algo, alguna cámara de vigilancia quizás. Tira abajo sus tendales con el frenesí del momento. Mira ahora por la ventana, buscando a sus dos ex compañeros. No ve nada pero, igualmente, y de forma compulsiva, se pone a borrar todo lo que tiene escrito y dibujado en el ventanal. Presiente que andan cerca y no quiere que le roben de nuevo. –¡No me succionaréis el cerebro esta vez...!–
¡RIIING!
Suena de nuevo el teléfono pero Cris no va a cogerlo, al menos no hasta que termine de borrar todo su mural.
¡RIIING, RIIING, RIIING, RIIING, RIIING, RIIING, RIIING!
¡RIIING, RIIING, RIIING, RIIING, RIIING, RIIING, RIIING!
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